Situación alemana desde 1919.
Alemania, de la dictadura a la prosperidad económica.
El primer
hecho a resaltar a la hora de hablar de la historia, política y economía
alemana en los últimos cien años es el final de la Primera Guerra Mundial. Este
fue, hasta el momento el conflicto armado de mayor calibre que había vivido la
historia de la humanidad. Concluyó con la firma del Armisticio de Copenhague, en el que se impusieron unas durísimas condiciones a Alemania
como bando perdedor que, más tarde, fueron ratificadas en el Tratado deVersalles que es el que verdaderamente pone fin a la guerra.
Durante el periodo de entre guerras (1919-1939) Alemania es
testigo de dos crisis financieras de gran calibre. La primera de las crisis es
conocida como la hiperinflación alemana, que se produjo entre los años 1922 y
1923. Esta situación, coincidente con la ocupación franco-belga de la cuenca
del Ruhr (una de las áreas metropolitanas más pobladas de Alemania y la mayor
región industrial de Europa), provocó diversas acciones revolucionarias e
intentos golpistas contrarrevolucionarios como el de las fuerzas de la extrema
derecha de Hitler y Ludendorff en Munich.
Gracias a los cambios en los gobiernos de Francia y Reino Unido en
1924 (ambas potencias se orientaron políticamente hacia la centroizquierda) y a
la ayuda financiera norteamericana diseñada por Charles Dawes permitieron la
estabilización temporal de la situación económica, social y política tanto en
Alemania como el resto de Europa. Sin embargo, nada pudo impedir, cinco años
más tarde en 1929, la quiebra de la Bolsa Nueva York y la difusión de la
situación de crisis por toda Europa y, como no podía ser de otra manera,
Alemania. Las principales consecuencias de esta crisis fueron que los préstamos
provenientes de Estados Unidos dejaron de llegar a Alemania y la clase media alemana tuvo que lidiar con situaciones como tasas de desempleo consistentes en
millones de personas, pequeños negocios que se vieron obligados a cerrar, el
descenso de la producción, etc.
Estas crisis, así como las durísimas condiciones impuestas en el
Tratado de Versalles, produjeron un descontento generalizado en toda la
población alemana, lo que acabó desembocando y facilitando el ascenso de los
regímenes de ultraderecha y la llegada al poder de Adolf Hitler, que se
extendió entre 1933 y 1945, una vez concluida la Segunda Guerra Mundial.
Las consecuencias económicas de la Segunda Guerra Mundial fueron
apocalípticas en muchos sentidos, pero en especial en el ámbito humanitario y
económico. Los combates tanto terrestres y aéreos provocaron que Europa quedase
totalmente devastada, hecho favorecido por los constantes bombardeos de ambos
bandos. Ciudades enteras e industrian quedaron dañadas de manera casi
irreparable y Europa sufrió una gran pérdida de potencial industrial.
Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, Alemania fue ocupada
por los ejércitos vencedores del conflicto y queda divida geográficamente en
cuatro, siendo cada una de las partes ocupadas por uno de los cuatro ejércitos
aliados (Francia, Reino Unido, Estados Unidos y Rusia). En un principio,
Alemania estaría controlada por un Consejo aliado de control, pero la creciente
tensión entre Estados Unidos y la URSS, así como las contraposiciones
ideológicas de ambas potencias y el miedo recíproco a la extensión de la
ideología contraria, provocó que Estados Unidos, Francia y Reino Unido se
unieran para formar un único estado independiente que fue conocido como
República Federal Alemana. Como consecuencia y reacción de esta unificación, la
URSS configuró su propio estado independiente en el territorio alemán, al que
denominó República Democrática Alemana.
A pesar de esta difícil situación y su empeoramiento con la
construcción del muro de Berlín en 1961 (no solo Alemania quedó divida, sino
que la capital de Berlín, que se encontraba dentro del territorio soviético,
también quedó dividida), este fue un periodo de prosperidad económica en
Alemania Occidental. Tanto es así que el periódico The Times en 1950 denominó
“el milagro económico alemán” a la rápida reconstrucción y desarrollo de las
economías de Alemania Occidental y Austria, motivada en parte gracias al PlanMarshall, que se instauró como táctica para evitar la extensión de comunismo y
para evitar que, al igual que sucedió después de la Primer Guerra Mundial, la
precaria situación de Alemania desembocara nuevamente en un conflicto.
Además, Alemania, así como el muro de Berlín, fueron el símbolo de
la Guerra Fría, y la división alamana podía ligarse con la división de
ideologías que provocó dicha guerra. Tanto es así, que el final de la Guerra
Fría fue marcado por la reunificación alemana y por la caída del muro de Berlín
en el año 1989 ("Tear down this wall" fue una famosa cita del expresidente de
Estados Unidos Ronald Reagan que utilizó para incitar al entonces secretario
general del Partido Comunista, Mijail Gorbachov, a que derribase el muro de
Berlín).
Desde ese
momento, diversos hechos, como la entrada de Alemania en la Unión Europea, la
aceptación de los tratados económicos que conllevaban dicha entrada o el
aumento de la capacidad industrial alemana, han provocado que a día de hoy
Alemania sea una de las principales económicas mundiales, con una de las
menores tasas de paro en Europa, un nivel de inflación bajo y estable a lo
largo del tiempo y con gran capacidad para generar ideas productivas y
llevarlas a la práctica (inversiones altas en I+D). Este continuo crecimiento
económico alemán, tan solo se ha visto truncado en las últimas tres décadas por
la crisis financiera sufrida en el año 2008 por la quiebra de Lehamn Brothers,
que anteriormente era una de las principales entidades financieras de Estados
Unidos.
La quiebra de
Lehman Brtohers y la inestabilidad que esto provocaba en Estados Unidos (que
fue producida por hechos como la consecución de hipotecas a personas que no
tenían la suficiente capacidad económica para poder hacer frente a dicha
hipoteca) fue rápidamente contagiada a Europa y, en concreto, a Alemania por la
compra europea de títulos de deuda pública emitidos por Estados Unidos.
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