La entrada de España en el Euro

Desde finales de los años sesenta, la posibilidad de llevar a cabo la unificación de la moneda era un deseo innegable para la Unión Europea. Así, en 1988, nace la Unión Económica y Monetaria, que reúne a determinados países de la UE que comparten un mercado común y también una misma moneda, la cual es la que todos conocemos como euro. De esta manera, se consigue llevar a cabo en estos países una política monetaria única y aumentar la coordinación en cuanto a políticas presupuestarias y económicas.
Un año más tarde, en 1989, el Consejo Europeo basándose en el Informe Delors y en las ventajas que este recogía sobre la nueva moneda, pone en marcha el proceso de creación de la UEM, previsto para 1990. Desde dicho año se sucederían tres fases hasta 1999, este año fue importante dado que a comienzos del mismo se establecieron lo tipos fijos de cambio de las monedas de cada país integrante con respecto al euro y se creó el Banco Central Europeo. Las monedas y billetes comenzaron a circular desde el 1 de enero del año 2002.
Ese mismo día, en España, la gente comenzó a concentrarse en las puertas de aquellos bancos que abrieron sus puertas a pesar de ser festivo para recoger sus primeros billetes.
Las ventajas de esta nueva moneda, así como el intento de disipar las dudas que ocasionaba, se plasmaron en una campaña llevada a cabo por el Gobierno del país, la cual era protagonizada por una familia de plastilina, conocida como Los García.




Así, los españoles en los próximos días fueron realizando la prueba de fuego pues, como todos sabemos, llega el año nuevo y con él, los Reyes Magos. Todavía el euro no había supuesto un gran problema dado que la tarjeta de crédito ayudó a más de uno. 
El descontento comenzó a llegar con las subidas de precios al redondear al alza, la falta de efectivo, etc. Sin embargo, a finales de febrero de 2002 la peseta ya se consideraba que había llegado a su fin, la rubia moría tras 133 años de vida.
Tras las primeras impresiones, la nueva moneda siguió en circulación y fue al año siguiente cuando se comenzaron a notar efectivamente alzas en los precios. Para los españoles no solo era complicado el dejar de pensar en pesetas, como muchas veces nos dicen nuestros abuelos, sino que también tenían que acostumbrarse a que hasta comprar productos típicos para comer, les resultaba bastante más caro.
Realmente las cifras de la inflación no eran tan elevadas como los ciudadanos lo percibían, sin embargo el problema estaba en que los sueldos no subían al mismo nivel que los precios y finalmente, 13 años después de la aceptación del euro como única divisa española, la inflación acumulada era ya del 32,5% (más información aquí).
Así fue como España entró en el euro, para muchos (me incluyo) ha sido un proceso que ha pasado por nuestra vida sin pena ni gloria dado que se ha vivido a temprana edad y prácticamente hemos nacido con el euro en la mano, todos los días vemos billetes y monedas de euro, pero muy pocas veces hemos podido observar de cerca una peseta. Es por ello que, si igual que yo no has vivido esta parte de la historia, te animo a que le preguntes a tus padres o tus abuelos cómo vivieron ellos el cambio de la peseta al euro y te aseguro que será una historia interesante.





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